Primavera
… Brota la primavera con una esquina rota: como en el virtuoso libro de Benedetti. Y entre tanto, celebramos el Día Internacional de la Poesía. Y llueve y nieva, que es lirismo puro. Y emulando al maestro, la ocasión invita al optimismo: a reemplazar las corrientes negativas con ímpetu y mirada cítrica, ácida, corrosiva. Así lo escribo tras un fabuloso puente de San José, con genuinas escapadas, compañía incomparable y múltiples viajes pendientes: aguarda el norte de España con la juerga desaforada y sonríe la playa del Levante con sol y veladas inenarrables, pero también asoma Francia desde el paraíso de Arcachón: tributo a la buena gente, la contemplación y los días de vino y risas. Y a la vuelta, haciendo honor a algunos enlaces ineludibles del blog: cangrejearemos, abriremos la grava, tocaremos las estrellas, fabricaremos experiencias, brindaremos por San Isidro y, en suma, continuaremos robándole tiempo a la vida: soñando despiertos y aprendiendo y conversando y brindando y carcajeándonos con la adrenalina que otorgan la felicidad compartida, la emoción perpetua, el gozo de los pequeños placeres y la magia del instante. El arte de vivir, decía el clásico. Y con la que está cayendo, todo esto tiene que recordarnos que, salud mediante, somos unos privilegiados: como los aficionados al fútbol ante ese jugador Patrimonio de la Humanidad que se llama Leo Messi... En fin, a pesar de los pesares, esta primavera con una esquina rota también irrumpe rebosante de anhelos, deslumbrante, colosal, con cientos de páginas en blanco, ideas peregrinas o realistas y planes arrebatadores. La próxima vez hablamos del Gobierno: hoy nos quedaremos con lo importante. Buen provecho.