16 abril, 2010

Atrapa el blog

Atención: en un día repleto de altibajos, tras un programa completo y trepidante, a las puertas del fin de semana, me encuentro con la buena nueva de que los amigos de la -siempre suculenta- web de "Atrápalo" han recomendado este blog (http://blog.atrapalo.com/). Y se agradece el reconocimiento. Cada día somos más: intentaremos también ser mejores. Así nos citan:

En Fuera de Juego - "Jorge García Palomo presenta una interesante bitácora escrita con paciencia, emoción y talento sobre temas de actualidad, opinión, vivencias, gustos, aficiones y experiencias. El retrato de Gran Vía, emocionará hasta a los que no hayan visitado Madrid, y si te gusta el programa Salvados, te encantará Realismo. En En Fuera de Juego encontrarás un poquito de todo lo que nos rodea". Insisto: gracias a todos.

05 abril, 2010

Mi Gran Vía

... Embrujo, vorágine, planes. La gran vida, dice el juego de palabras. Plaza España, Callao, Alcalá. Las mil y una noches. Encuentros, sorpresas, reencuentros. El programa que hacíamos Noemí y yo desde la radio del Círculo de Bellas Artes. Conjuras, cultura y risas. Espectáculos memorables. El desayuno en Zahara. Amor, hastío, fervor. Los buenos días del mendigo del metro. Santo Domingo, Hortaleza, Montera. La inspiración de las musas. El restaurante hindú que descubrimos y fascinó a mis padres. El tráfico, los semáforos. El museo del jamón con los cangrejeros. Las luces, el ruido: bullicio en candela. El cuadro de Antonio López. El cielo resplandeciente entre los edificios. Mi trabajo en la compañía de seguros junto al teatro. El periódico y las terrazas al sol. San Bernardo, Fuencarral, Tres Cruces. Los antiguos cines. La Casa del Libro. Aquella tienda de discos. La Consejería de Juventud. El Fnac donde ilustramos tiempos vacuos. Telefónica, Metrópolis, Chicote, Capitol. El local de kebabs que tantas veces saboreamos. El Palacio de la Prensa. Buenas noticias en aquel Vips de madrugada. Brindis con familiares y amigos. La calle Pez a la vuelta de la esquina. El Alfil, el Lara, el Palentino, Ópera y el Alcázar. Nuestras manos al son de la música callejera. Las visitas hilarantes a M80 con Gomaespuma. Las azoteas de la Ser. El hotel donde se hospedaron mis suegros cuando todavía no teníamos casa juntos. Las discotecas que venden ropa y sabes que no me gustan demasiado. El templete por Caballero de Gracia. La Sala Costello, Metralleta, Cafeína. Lo cañí, lo moderno. Manteros, descuideros, yonquis. La chica preciosa que pasa inadvertida. El paseo sin rumbo. Las cañas, los dulces árabes, el buffet, la sobremesa. Francachelas, aventuras y desventuras. El Nebraska, el Starbucks, la Espiga Verde. Aquel local añejo donde siempre admiramos el gramófono más caro. La buena gente y la otra también. La sirena de policía, el desasosiego, las prisas. Los platos combinados, la pasta, el Vitaminas, el chino. La perplejidad del turista. El cartel de Schweppes. El día que salimos a hacer fotos tras la nevada. La muchedumbre infinita. La magia, la perpetua vigilia, los sueños y la belleza del caos. La fiesta del centenario. Son sólo algunas estampas de Gran Vía: pongamos que hablo del corazón de Madrid.