30 julio, 2008

Obrigado, thanks, tessekür ederim...

Gracias por todo. Por acompañarnos en la distancia más cercana. El verano de julio se fue como un rayo de luz montado en bicicleta, que dice la canción. Nos bañamos en loor de multitudes, de marcos incomparables, de sabores, olores y tactos: todo comenzó con la euforia de la Eurocopa, cuya final vivimos con la familia en Yecla (Murcia); después llegaron el calor y la reflexión en la playa de Tavernes, el apasionante y hermoso bullicio de Estambul y las delicias turcas, la calma de Santander y Santoña, las joyas naturales y urbanas de Portugal y, desde anteayer, la ciudad invivible pero insustituible. Pongamos que hablo de Madrid y, no sin nostalgia, de cada rincón que nos enamoró. Volvemos a conectarnos. Con cariño, gracias.

A gusto, digo agosto (que también).

Vuelta al trabajo y, como siempre, radiantes... ¡Cuánto tiempo, amigos! ¡Muy buenas de nuevo! El verano transcurre con el pie en el acelerador, impasible, implacable, imprevisible. Las cosas, empero, no cambian tanto: me aguarda el "Hoy por Hoy" en SER Madrid Norte (89.6 fm), de 12:20h a 14h con mil y un asuntos. Os esperaré enseguida. Será un placer casi tan grande como las vacaciones. Y es que se está muy bien de cachondeo y visitando lugares por doquier, aunque el ritmo frenético que me he impuesto me ha devuelto a la vida laboral más agotado que antes. Merece la pena, sí. Noemí y yo, henchidos de gozo, hemos viajado por infinitos parajes sensacionales, crisol de culturas que enriquece el espíritu: a pesar de los madrugones, que nos han permitido exprimir los días cual sabrosos y nutritivos zumos. Una maravilla. El mes de julio ha resultado inolvidable. Y ahora me siento a gusto, renovado, impaciente de agosto... Continuará el relato. Bienvenidos otra vez. Alea Iacta Est.